No existe ningún documento escrito que mencione cuándo fue fundada Magdala. Sin embargo, los arqueólogos han concluido que la ciudad se estableció en algún momento de la segunda mitad del siglo II a.C. En esos días, los sucesores de los Macabeos reinaban en la región.

Antíoco Epífanes, rey de Siria (que en ese momento incluía el territorio de Israel), intentó destruir la religión de Moisés, obligando a los judíos a adorar deidades paganas. Sin embargo, el rey tuvo que enfrentarse a la resistencia de muchos mártires y valientes guerreros. El Libro de los Macabeos habla de una masacre que las fuerzas sirias realizaron en el territorio de Arbel (ver 1 Mac 9:2). En esta guerra contra el impío rey sirio, un hombre llamado Judas, apodado "El Macabeo", desempeñó un papel esencial. En 164 a.C., Judas y sus hermanos expulsaron a los gobernantes sirios y tomaron el control del país.

Este fue el origen de la dinastía macabea o asmonea. Los líderes macabeos emprendieron la tarea de restaurar el gran Israel de los tiempos davídicos, y comenzaron por expandir las fronteras del país. Así, a mediados del siglo II a.C., conquistaron Galilea y comenzaron a establecer ciudades judías. Entre ellas, Magdala, que fue fundada al pie del monte Arbel. Alrededor del puerto de la ciudad, prosperó una próspera industria de salazón de pescado (el nombre griego para esta industria es tarichaea), hasta el punto de que la ciudad sería conocida en todo el mundo como "Tarichaea". Además, en el puerto de la ciudad, había una torre notable (en arameo, “magdala”, en hebreo, “migdal”); por lo tanto, los judíos llamaron a su ciudad "Magdala (Torre) del Pescado".