4. La Fortaleza de San José

San José sentía en el alma las penas e incomodidades de Jesús y de María y procuraba suavizarlas con su diligencia y ardiente amor, enteramente olvidado de sus penas. Imita la fortaleza de San José. Acógete a su poderoso patrocinio, y serás con él fuerte con la fortaleza de Dios, vencerás a todos tus enemigos, y morará tu alma en la región serena de la paz, preludio de la eterna que has de gozar en el cielo.

Amén.

San José, ruega por nosotros.

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