Este mes, dedicado al mosaico de Magdala, desde el equipo de arqueología deseamos compartirles información sobre los antiguos mosaicos encontrados en el sitio. Hace 2,000 años, los habitantes de Magdala eligieron este arte para decorar su sinagoga y los edificios más emblemáticos de su comunidad.
El arte del mosaico tiene sus raíces en la región de Anatolia y en Olinto, Grecia, pero su establecimiento más firme ocurrió en la ciudad de Pella, en la Macedonia de Alejandro Magno, alrededor del 300 a.C. Con el helenismo, se difundió por todo el Mediterráneo oriental. Pero, ¿qué hace que este arte sea tan especial y cautivador?
Los primeros mosaicos se crearon con pequeños guijarros, que, organizados por tamaño y color, permitían formar figuras geométricas. Con el tiempo, estos mosaicos evolucionaron, dando lugar a representaciones más complejas que expresaban mitos, alegorías e historias que fascinaban a los antiguos. Perfeccionando este arte, los artesanos comenzaron a cortar las piedras en pequeños cubos, llamados tesserae. Cada uno de estos cubos se coloca manualmente siguiendo un dibujo. Hay mosaicos que tienen miles de tesserae, y la cantidad utilizada hace que las obras sean más precisas, detalladas e impresionantes.
Durante el periodo romano, el arte del mosaico se volvió popular en el Imperio, pero no era aceptado por el judaísmo del siglo I debido a restricciones religiosas sobre la representación de imágenes. Sin embargo, en el reinado de Herodes, los mosaicos empezaron a decorar sus palacios y edificios públicos. Con el tiempo, las clases altas comenzaron a decorar sus casas con este estilo, lo que inició la difusión de los mosaicos en Judea. Aunque la técnica era romana, las imágenes eran apropiadas para el judaísmo del siglo I y generalmente presentaban figuras geométricas sencillas.
La introducción de mosaicos en Galilea ocurrió algunos años después, posiblemente iniciándose con la construcción de Tiberias en el año 19 d.C., ordenada por Herodes Antipas. Tiberias era una ciudad de estilo romano, aunque sus habitantes eran mayoritariamente de etnicidad judía. Para embellecerla, es probable que se trajeran artistas de mosaico, lo que permitió que los habitantes de otros poblados, como Magdala, accedieran a este arte, ya sea a través de los mismos artistas o de artesanos locales que aprendieron la técnica.
En Magdala hemos encontrado dos edificios decorados con mosaicos que pueden ser vistos en el parque arqueológico: el mosaico de la sinagoga (que en realidad incluye el mosaico del pasillo y el de un pequeño cuarto ubicado al sur) y el mosaico de los baños rituales. Ambos son muy parecidos, pero presentan pequeñas diferencias que nos llevan a desarrollar teorías sobre su construcción.
¿Qué significan realmente los mosaicos de Magdala? ¿Qué diferencias tienen? ¿Por qué los habitantes de Magdala los eligieron de esta manera? Esperamos poder responder a más preguntas en la próxima publicación. Por el momento, esperamos que disfruten las fotografías y que pronto puedan acompañarnos a visitarlos en el sitio arqueológico.
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