Muy querida familia de Magdala:
A nombre mío y de todo el equipo de Magdala ¡Feliz Año Nuevo!
En este inicio del año, que coincide con la así llamada “cuesta de enero” … es decir, el arranque, siempre algo difícil del año nuevo por el invierno (hemisferio norte) y los nuevos retos que nos echamos a los hombros, me parece importante retomar una vez más el lema de nuestro “Duc in Altum!”: ¡Rema mar adentro!
Rema Mar Adentro en tus sueños y deseos; rema mar adentro en tu mundo, tu sociedad, tu familia; rema mar adentro en las circunstancias concretas de nuestro mundo. ¡Rema mar adentro! Es esa consigna que le entregó Jesús a Pedro ante un reto grande, inesperado y desconcertante. En otras palabras, ¡Confía en Mí! ¡Hagámoslo juntos! Esta consigna que nos consuela siempre a todos, debemos escucharla de quien viene, de Dios. Es Él el garante de nuestro nuevo esfuerzo y compromiso. Con Él siempre podemos lograrlo. Lancémonos una vez más en esta nueva página de nuestra vida. “Si Dios está con nosotros, quién estará contra nosotros”, nos dice San Pablo, quién puso muchas veces en práctica este Duc in Altum e hizo a fondo la experiencia.
El Papa Francisco nos está preparando para un nuevo Año Santo 2025 nos llama “Peregrinos de la Esperanza”. Nuestra peregrinación por esta vida tiene que estar inflamada por la esperanza, virtud teologal, que nos ayuda a esperar lo que aún no vemos ni poseemos; a luchar contra vientos y mareas. A confiar siempre en el Señor. Él está cerca, dejémoslo actuar en nuestra vida.
Siempre de la mano del Papa Francisco, vamos a alinear este año con su sugerencia de dedicar nuestra preparación al Año Santo con la oración. “Señor, enséñanos a orar”. Por ello, la cuarta parte del catecismo de la Iglesia Católica será nuestra materia en la peregrinación virtual de cuaresma “Recorriendo la Tierra Santa de la mano de Dios”.
Vamos a adentrarnos en lo que es la oración, cómo fue revelada en la Sagrada Escritura, en la vida y tradición de la Iglesia, etc. Sin la oración es imposible perseverar en el bien. Necesitamos orar, es uno de los “cuatro pilares de la vida cristiana”. Por ello, los invito a inscribirse cuanto antes a nuestra peregrinación para recibir los links, los materiales y sugerencias. No se pierdan esta peregrinación cuaresmal. Si quieren suscribirse a los envíos diarios de la peregrinación pueden hacerlo aquí. Es más, ayúdennos a difundirla entre amigos y conocidos. Ojalá que se inscribieran y la siguieran como una serie que nos llevará mejor preparados a las celebraciones de Semana Santa y Pascua de este año.
Con pena les compartimos también que el 23 de diciembre hubo unas lluvias torrenciales que causaron inundaciones en Magdala y en toda la zona. Pero, como siempre, aún en estas circunstancias, hubo cosas maravillosas, como fue el entusiasmo de los niños del Kibbutz por ayudarnos como fuera posible: acarreando grava para cerrar el paso al agua, conteniendo el agua por donde pretendía entrar al edificio. Un gesto precioso de amistad, de ayuda y solidaridad. Me hizo pensar mucho en la frase “amor con amor se paga”. Nosotros hemos sido solidarios con ellos, y ellos ahora lo han sido con nosotros.
Las presentes circunstancias nos instan a ver el futuro próximo con esperanza: todo está en las manos de Dios. Sigamos rogando a Dios por el don de la paz. Paz en el mundo; paz en la Tierra Santa; paz en nuestras familias; paz en nuestros corazones.
Gracias por todo su cariño y apoyo. Sigamos muy unidos en la oración. Aquí encomendamos todas sus intenciones.
Fraternamente,
P. Juan María Solana, L.C. y la Familia de Magdala.
