Muy queridos amigos, peregrinos y Familia de Magdala:
Reciban estas líneas con todo nuestro cariño, a las puertas de la Navidad. Queremos desearles una celebración llena de bendiciones y, sobre todo, de paz. "Con la paz se gana todo, sin la paz se pierde todo".
En noviembre pasado, tuve la gracia de realizar un viaje a Santiago de Chile y Madrid. Permítanme compartirles algunas vivencias de esos días que han llenado mi corazón de gratitud.
En Santiago de Chile, mi visita tuvo como propósito principal agradecer a nuestros queridos amigos y bienhechores por todo el apoyo que nos brindaron hasta la inauguración de Magdala, el 24 de noviembre de 2019. La pandemia y el conflicto nos habían impedido encontrarnos antes, pero finalmente pude saludar y abrazar a casi todos nuestros amigos chilenos. A cada uno de ellos, mi más profundo agradecimiento. Su participación fue esencial para construir este lugar santo que sigue siendo una fuente de fe y esperanza.
Aprovechando este viaje, tuvimos nuestro primer encuentro formal de la Familia de Magdala en Chile. Fue una experiencia entrañable en la que más de 50 personas de Santiago, Valparaíso y otros países sudamericanos residentes en Chile se unieron para compartir la Eucaristía y escuchar sobre nuestros proyectos en Tierra Santa, nuestros desafíos y las esperanzas que tenemos para el futuro. Entre los momentos más significativos estuvo mi visita, el día de Cristo Rey, a Olivia, una embajadora de Magdala en Valparaíso que, desde su lecho de dolor, sigue siendo un testimonio de fe. Su fortaleza y su confianza en nuestras oraciones son un ejemplo para todos nosotros.
Estamos entrando en un tiempo de gracia especial: un Año Jubilar, un Año Santo. Desde hace siglos, la Iglesia nos invita a estos momentos extraordinarios de misericordia, en los que la gracia de Dios se derrama de manera más abundante sobre los corazones. Quiero animarlos a vivir este tiempo con intensidad, buscando las bendiciones que este jubileo ofrece para nuestras vidas, nuestras familias y nuestros seres queridos. Las peregrinaciones a lugares santos, como Roma o Tierra Santa, son una excelente oportunidad para renovar nuestra fe. Además, el Papa Francisco nos llama a ser “Peregrinos de Esperanza”, una consigna que cobra especial sentido en estos tiempos. Nuestro mundo necesita urgentemente una inyección de esperanza teologal para enfrentar los retos con la luz del Espíritu Santo y construir el Reino de Dios entre nosotros.
Una buena noticia que quiero compartirles es que nuestra comunidad en Magdala —sacerdotes, consagradas del Regnum Christi y voluntarios — ha regresado al lugar. Aunque los desafíos persisten, confiamos en que poco a poco veremos florecer una paz duradera.
Por otro lado, estamos avanzando con nuestra peregrinación virtual “Recorriendo la Tierra Santa de la mano de San Lucas”, que ha coincidido providencialmente con el curso de Luli Hernández sobre los Hechos de los Apóstoles. Esta iniciativa nos permite vivir la liturgia dominical mientras profundizamos en la historia del nacimiento de la Iglesia. Si aún no se han unido, los invito a hacerlo y a aprovechar los videos introductorios que hemos preparado para situarse mejor en este hermoso contexto.
De regreso a Madrid, tuvimos reuniones clave para organizar el Encounter Magdala 2025, que se llevará a cabo del 22 al 26 de julio en la Universidad Francisco de Vitoria. Este evento será una experiencia transformadora para jóvenes, familias y todos aquellos que deseen vivir un encuentro con Dios a través de nuestras cuatro “C’s”: canta, camina, celebra y comparte. Además, puede ser una maravillosa preparación para el Jubileo de los Jóvenes con el Papa en Roma la semana siguiente. ¡No se lo pierdan! Si quieren recibir información sobre el Encounter Magdala 2025 pueden dejar sus datos aquí.
El cierre de este año también es una oportunidad para agradecer. Desde lo más profundo de nuestro corazón, queremos reconocer a todos los que hacen posible la misión de Magdala: sacerdotes, empleados, amigos, bienhechores, voluntarios y consagradas. Gracias a cada uno de ustedes, seguimos llevando adelante esta obra que tanto bien hace al mundo.
Finalmente, en este espíritu de gratitud, queremos invitarlos a ser parte de nuestra Temporada de Generosidad, un tiempo para reflexionar sobre cómo cada uno de nosotros, como una tesela única, contribuye al gran mosaico que es Magdala. Juntos, gota a gota, tesela a tesela, seguimos construyendo un océano de esperanza. Su participación y apoyo son esenciales para completar esta obra maravillosa. Les invitamos a unirse a esta iniciativa y a seguir siendo parte de esta gran familia que, unida, da testimonio del amor y la esperanza de Dios. Si quieren patrocinar una tesela en el Mosaico de Magdala, pueden patrocinar un tesela aquí.
P. Juan María Solana, L.C.
Equipo de Magdala
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