Querida Familia de Magdala:
Es la primera vez que me siento a escribir unas letras exclusivamente para la Familia de Magdala. Me siento emocionado y profundamente agradecido con Dios. Les anticipo que nuestros Newsletters de la Familia serán bimestrales y contendrán dos partes muy sencillas: una carta general, y la segunda parte, algunas sugerencias sencillas para cada grupo de miembros de la Familia. De este modo, tendrán una comunicación general a modo de instrucción o motivación, y sugerencias más prácticas para cada grupo de miembros. Quienes pertenezcan a dos o más grupos, pueden elegir lo que puedan realizar con realismo y tranquilidad.
Les escribo pues al inicio de este Año Santo Jubilar 2025, que el Papa Francisco ha querido vivir bajo el signo de la Esperanza: Peregrinos de Esperanza. Quiero yo también hacerme eco de esta invitación pontificia, para unirnos así a todos los católicos del mundo y personas de buena voluntad, que ven en la Esperanza teologal una llamada importante y significativa en nuestro tiempo, tan cargado de nuevos retos y posibilidades, pero que a veces puede hacernos olvidar lo esencial.
En Magdala tenemos un ícono de la Esperanza: el “Duc in Altum”, con el cual compartimos el logo del Jubileo que es una barca desplegada a los vientos que la llevan a su destino; y también la invitación de Cristo a Pedro, que nosotros hacemos propia: ¡Rema mar adentro! Es muy significativo que Jesús haga a Pedro esta invitación después de una noche larga y cansada de pesca infructuosa… Tenían las redes llenas, pero de cansancio y desilusión, no de peces. Las estaban lavando, con la única ilusión de irse a dormir cuanto antes. Quizá estaban disgustados unos con otros, como nos pasa siempre que saboreamos un fracaso en grupo… ¿Quién tuvo la culpa? En ese momento llega la invitación, un tanto indiscreta humanamente hablando, de retomar las barcas, las redes y de intentar nuevamente la pesca. Lo importante lo subraya Pedro mientras tiene las redes en la mano pronto para lanzarlas, casi retando el amor y el poder de Jesús: “En tu nombre lanzaré las redes” (“IN NOMINE TUO…”).
Al comenzar un nuevo año todos somos conscientes de los logros no alcanzados en el año anterior; todos nos replanteamos ideales e ilusiones, y sería nefasto saborear ya el amargor de nuestra impotencia, como si estuviéramos proponiéndonos cosas inalcanzables, sueños y quimeras. ¡NO! No estamos re proponiendo intereses simplemente personales y pasajeros. Nuestra esperanza teologal mira hasta el fondo del horizonte, se adentra allí, donde el poder de Dios, Señor y Creador del Universo, nos garantiza que puede todo, si creemos, si nos abandonamos a Él, si creemos con humildad, pero con verdad, que Él es el Señor y Dueño de la Historia. Misioneros de Esperanza son personas normales, de a pie, pero ancladas en Dios, con la mirada húmeda y transparente de quien sabe conjugar su compromiso personal, con el poder de Dios.
La Familia de Magdala por definición está anclada en la virtud de la Esperanza, pues queremos colaborar en la extensión del Reino de Dios, que es un reino de justicia, de gracia, de verdad, de amor. Parece contradictorio e ilusorio con cuanto nos hiere cotidianamente en las noticias y aconteceres. Pero ya lo dijo Jesús: los cristianos en el mundo somos levadura, somos pequeños, desproporcionados, pero una levadura que va transformando la masa y preparándola para lo que Dios quiera.
Vivamos, pues, este año “anclados” en Dios…. Por algo en la iconografía cristiana clásica, la esperanza ha sido siempre un ancla. Algo que nos detiene, nos salva, nos preserva ante las marejadas de la historia. Dios quiere que seamos puntos de referencia, quizás, para nuestros hermanos y hermanas. No hace mucho me comentaba una persona su experiencia sobre la esperanza cristiana: me decía “tenía yo la sensación de caminar sobre arenas movedizas…. Hasta que pisé en Cristo, Piedra Angular”.
Como evento importante para toda la familia, quiero reiterarles la invitación al “Encounter Magdala 2025” que se verificará en Madrid, los días 22 al 26 de Julio, en la sede de la Universidad Francisco de Vitoria. Creo que será una ocasión preciosa para invitar a otras personas a conocer la Familia de Magdala, para estrechar nuestras relaciones, conocer mejor nuestra Visión y Misión, y lanzarnos a nuevas metas, anclados en la Palabra de Dios y en la experiencia de la Tierra Santa. Estaremos abriendo inscripciones en los próximos días.
“IN NOMINE TUO”, en el nombre y por mandato de Jesús, lanzamos nuestras redes una vez más al inicio de este año, con la ilusión de ser instrumentos humildes y sencillos, en las manos y el corazón de Dios.
Fraternamente, P. Juan María Solana, L.C.
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