La oración es un lugar de encuentro

"La oración se crece con voluntad, tiempo y esfuerzo, recordando siempre que es un don que recibimos de Dios"

Pamela Rocha

|

22 de enero, 2024

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La oración es un lugar de encuentro

"La oración se crece con voluntad, tiempo y esfuerzo, recordando siempre que es un don que recibimos de Dios"

Pamela Rocha

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22 de enero, 2024

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La oración es un lugar de encuentro

¿Te resulta difícil rezar? ¿Te distraes fácilmente? O quizá a veces te parece aburrido orar. Esto es algo realmente común en la oración de todo cristiano. En el mundo en el que vivimos, el barullo de todos los días, puede ser difícil encontrar un momento de tranquilidad y silencio, exterior e interior, para poder hacer nuestra oración. Lo primero que hay que tener en cuenta es que la oración es un diálogo amoroso entre Dios Padre y su hijo, tú.

El Papa Francisco ha dado inicio a este 2024 como el Año de la Oración. Un año en el que estamos llamados a ser «Peregrinos de la Esperanza» en preparación al Jubileo 2025. Y qué mejor manera de prepararnos que dedicando este año a nuestra oración individual y comunitaria. Este año es una gran oportunidad para crecer en nuestra vida de oración; para que cada vez nos vaya siendo más fácil, tengamos menos distracciones, y encontremos la misericordia y el amor de Dios Padre, que definitivamente no es aburrido.

San Agustín define la oración como «el encuentro de la sed de Dios con la sed del hombre». Hagamos de nuestra oración este lugar de encuentro en el que Dios tiene sed de ti, sed de conocerte más, sed de escucharte; y tu corazón tiene sed de Dios, sed de Su Amor.

¿Cómo hacer de nuestra oración un lugar de encuentro?

Te dejamos algunos consejos que podrían ayudarte a crecer en tu vida de oración:

Inicia invocando al Espíritu Santo.

San Pablo nos dice que «el Espíritu Santo viene en ayuda de nuestra flaqueza» (Rom 8, 26) Jesús mismo dice a sus discípulos que no los dejará solos, que enviará a su Espíritu. Es verdad que muchas veces no sabemos cómo orar, cómo empezamos, qué decimos. El Espíritu Santo es quién nos manifiesta la presencia de Dios en nuestra oración y nuestras vidas. No hay mejor manera de iniciar la oración que pidiendo al Espíritu Santo que venga a tu corazón y a tu oración. Puedes hacerlo por medio de una oración al Espíritu Santo o basta un simple «Espíritu Santo, ¡ven!».

Encuentra tu lugar.

Encuentra un lugar que te ayude a entrar en oración, puede ser un lugar dentro de tu casa: la sala, un jardín, tu cuarto. Evita lugares donde haya mucho ruido exterior que no te permita entrar en silencio interior. Tener tu lugar de oración ayudará también a que fisicamente te acostumbres a que ese momento es para orar.

Define tu momento de oración.

Elige un momento en el día en el que vayas a hacer tu oración, así como definimos momentos para hacer distintas cosas en el día, definir un horario para la oración ayudará a la constancia de la misma.

Utiliza recursos que te ayuden a entrar en oración.

En este diáologo con Dios, apóyate de recursos externos que te ayuden a mejorar tu vida de oración, por ejemplo:

  • La Biblia, no hay mejor herramienta que la Palabra viva de Dios. Puedes escuchar la homilía diaria desde Magdala aquí.
  • Música instrumental o canciones de alabanza.
  • Libros espirituales.
  • Material formativo. Puedes suscribirte a nuestra Peregrinación de la Oración y recibir el contenido diario, haz clic aquí.

Haz un diario espiritual.

Escribe las luces que Dios te va dando en la oración, tus pasajes favoritos, frases que te motiven y ayuden en tu vida espiritual.

La oración se ejercita todos los días, no te desanimes si te cuesta trabajo orar o si te vuelves a distraer con facilidad. La oración se crece con voluntad, tiempo y esfuerzo, recordando siempre que es un don que recibimos de Dios. En este año de la oración pidamos a Dios la gracia de que nos enseñe a orar. Peregrinemos en la esperanza camino al Jubileo 2025.

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