El rabino gladiador en Magdala

"Judá mandó a los guardias que lo arrestasen inmediatamente, pero el rabino gladiador se escabulló y se refugió en Magdala"

P. Cristobal Vilaroig L.C.

|

29 de mayo, 2021

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El rabino gladiador en Magdala

"Judá mandó a los guardias que lo arrestasen inmediatamente, pero el rabino gladiador se escabulló y se refugió en Magdala"

P. Cristobal Vilaroig L.C.

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Magdala en la Historia
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El rabino gladiador en Magdala

El rabí Simeón ben Laqish (s. III d.C.) había sido en su juventud un gladiador de mala vida, pero tras un fortuito encuentro con el rabí Yojanán, dejó atrás su turbio pasado y llegaría a ser considerado uno de los rabinos más sabios y perspicaces que han existido.

Un día, ben Laqish tuvo un desencuentro con el rabí Judá el Príncipe a causa de la interpretación de cierta ley. Judá mandó a los guardias que lo arrestasen inmediatamente, pero el rabino gladiador se escabulló y se refugió en Magdala. El Talmud de Jerusalén nos cuenta que, estando ben Laqish allí, los habitantes de la ciudad aprovecharon para plantear al famoso rabino una cuestión: “Está permitido utilizar piedras de una sinagoga para construir otra?” A lo que el rabino contestó tajante: “Está prohibido”.

¿Qué llevó a los habitantes de Magdala a hacer esta consulta? El Talmud no lo dice, pero tengo una sospecha: sabiendo que en Magdala había una sinagoga en ruinas desde hacía un par de siglos, ¿no será que los magdalenos pretendían utilizar las hermosas piedras de la ruina para construir una nueva sinagoga con menos esfuerzo? Sí, es mera hipótesis, pero si fuera verdad, la respuesta de ben Laqish habría impedido que la sinagoga del s. I fuera completamente desmantelada. En ese caso, todo aquel que visita hoy Magdala y contempla con sus ojos la antigua sinagoga, no puede sino recordar con respeto y agradecimiento al rabino gladiador.

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