En Galilea, Jesús “recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas” (Mt 9, 35). Está claro: Jesús tuvo que pasar por Magdala. Pero ¿dicen explícitamente los Evangelios que Jesús estuvo en Magdala?”

Magdala aparece en los evangelios indirectamente mediante el gentilicio “magdalena”. María la magdalena había sido liberada por Cristo de siete demonios y desde entonces lo seguía y lo servía con sus bienes (cf. Lc 8, 2-3). Ella estuvo presente en la crucifixión de Jesús (cf. Jn 19, 25) y fue primera persona que lo vio resucitado (cf. Jn 20, 11-17 y Mc 16, 9). Fue ella, la apóstola de los apóstoles, quien anunció a los Doce la buena nueva de la resurrección.

Pero Cristo, ¿estuvo en Magdala? Según la práctica totalidad de los manuscritos griegos del evangelio de san Mateo, después de la segunda multiplicación de los panes Jesús “montó en la barca y se dirigió a la región de Magdala” (Mt 15, 39); allí unos fariseos y saduceos le pidieron una señal del cielo, pero Jesús se la negó (cf. Mt 16, 1-4). El problema está en que otros manuscritos (y casi todas las traducciones modernas) tienen “Magadán” en vez de Magdala, y san Marcos pone este episodio en Dalmanuta. Ahora bien, Magadán o Dalmanuta no se mencionan nunca más en toda la literatura antigua, ni se conoce ningún lugar llamado así en la antigüedad. ¿No podrían ser Magadán y Dalmanuta nombres alternativos de Magdala? Los expertos no se ponen de acuerdo, pero hay que reconocer que es razonable. Hay motivos para pensar que este episodio ocurrió en Magdala.