Magdala es una palabra de origen arameo que significa "torre", y probablemente se refiere a un edificio o estructura encontrada en el lugar. Además, Magdala parece ser un nombre comúnmente usado en la antigüedad en la región, hasta el punto de que las ciudades con este nombre también habrían tenido un "apellido". Esto sería similar al uso del nombre "Santiago" para ciudades donde un apellido aclararía la ubicación del sitio, como en Santiago de "Compostela" o Santiago de "Chile".

Los estudios identifican a Magdala con una ciudad que algunos textos judíos llaman Migdal Nunayya, que significa "Magdala del pescado". Sabemos que Magdala tenía una floreciente y popular industria pesquera, y también se sabe que en otros textos judíos pudo haber sido referida como Migdala Sab'ayya, que significa Magdala de los tintoreros. La mayoría de los arqueólogos ahora piensan que Magdala tenía su propio nombre griego: Taricheae. Era muy normal en la antigüedad que las ciudades tuvieran dos nombres, uno de origen semítico y un nombre griego. Vemos ejemplos de esto en Bet Shean-Scythopolis, Rakkat-Tiberíades, Emmaus-Nicópolis, etc.

Taricheae significa "salazón" y indicaría que la ciudad era conocida por su industria de salazón para conservar pescado, lo cual coincide con el nombre Migdal Nunayya, que significa Magdala del pescado. Josefo, el famoso historiador judío del primer siglo que habla de todas las principales ciudades de su época, no menciona a Magdala, sino a Taricheae, que según las fuentes sugiere que se encuentra en el mismo lugar donde se encuentra Magdala. Por lo tanto, los expertos de hoy concluyen que Taricheae y Magdala son los dos nombres usados para la misma ciudad.