Que hubo una iglesia en Magdala, es un hecho: hemos visto que Epifanio, hacia el año 800, daba testimonio de ello. Además, dos siglos después, el pseudo Pedro de Sebaste hablaría también de una iglesia en Magdala para recordar “que Cristo expulsó los siete demonios que tenía María Magdalena”. Pero ¿quién y cuándo edificó esta iglesia?

En torno al año 1000, un autor anónimo compuso una biografía de Constantino y su madre santa Elena. En esta obra relata que, en su viaje por Tierra Santa, Elena “halló la casa de María Magdalena, y allí erigió un templo”. Entonces, ¿podemos considerar que el misterio está resuelto? Tal vez no. En efecto, la prudencia aconseja tomar con cierta dosis de escepticismo estas noticias. Por un lado, este texto se escribió más de quinientos años después de los supuestos hechos; por otro lado, si realmente santa Elena hubiera levantado un templo en Magdala, resultaría extraño que hasta el año 800 ningún peregrino hubiese notado allí una iglesia digna de mención. Por eso, parece preferible ser prudentes y seguir considerando el origen de la iglesia de Magdala como una pregunta abierta.

De todo esto, una cosa se puede afirmar con seguridad: a inicios del segundo milenio había en Magdala una Iglesia, y era lo bastante antigua e impactante para que nuestro anónimo autor pensase que había sido construida casi seis siglos atrás por la madre del Emperador. Para más información, habrá que esperar a que los arqueólogos descubran las ruinas del templo y nos desvelen sus secretos. ¿Quién sabe? Igual el piadoso biógrafo tenía razón.