El año pasado 2023 tuve la suerte de ser invitada al Encounter Magdala en Tierra Santa. Me pidieron colaborar con mis ilustraciones para el encuentro retratando principalmente a María Magdalena, patrona de Magdala y de esa misma peregrinación.
Ilustrar a María Magdalena fue una oportunidad muy grande para mí, como artista y como católica. Cada vez que me adentro en una ilustración necesito un tiempo inicial para conocer a la persona ilustrada e intento llevarlo a la oración. Conocer a María Magdalena para mí fue muy especial. Es una santa que todos conocemos por su presencia en el Evangelio, pero muy pocas veces profundizamos en la grandeza de su persona como ejemplo de todos los católicos, y más especialmente para las mujeres. Conocer su humanidad, su relación con Jesucristo y su compromiso con evangelizar en los momentos más importantes de la historia han sido aspectos que me han asombrado enormemente, queriendo, no solo retratarla de la mejor manera, si no que también ha suscitado en mí un deseo de tenerla como ejemplo en mi vida y espiritualidad.
María Magdalena es un ejemplo perfecto (después de la Virgen María) de verdadero empoderamiento femenino, ya que su encuentro con la Verdad y su fiel deseo de llevar el mensaje de la Resurrección (mensaje más importante para la fe y para la historia de la humanidad) a los apóstoles en un momento histórico en el que parecía que era el hombre el principal protagonista hace que tengamos que fijarnos más en su persona.
Nos enseña que lo más importante es poner nuestro corazón en el amor y darlo a conocer pase lo que pase. No es algo sencillo, pero es lo que verdaderamente consigue que podamos vivir verdaderamente alegres y en libertad. Estamos hechos para esto. Y María Magdalena, siendo una mujer del mundo, con sus pecados, ha sido un instrumento fundamental de Dios. Esto además nos da mucha esperanza. Si ella, con su vida, ha sido verdaderamente amada por Dios y llamada para llevar el mensaje más importante del Evangelio, ¿cómo nosotros no vamos a tener un papel también en esta historia de la Salvación? ¿Cómo no vamos a ser amados por Dios, pase lo que pase? La persona de María Magdalena es un personaje que da esperanza, fuerza y paz en nuestra vida espiritual.
Ilustrar a esta santa, por lo tanto, fue una oportunidad y un reto. Recuerdo buscar inspiraciones de mujeres en internet que me ayudaran a retratar una mirada que tuviera esa fuerza, esa alegría, ese mundo y ese amor... no fue fácil, pero con mucha búsqueda, bocetos y mucha oración, creo que conseguí dar en lo que buscaba. Sabía que tenía que diferenciarse de los retratos que suelo hacer de la Virgen María... un detalle importante que les diferencia es la mundanidad. Quise representarlo a través del pelo. Darle un estilo rizado y que incluso pudiera, a veces, no dejar ver exactamente a Dios ya que puede estar ese mechón de pelo delante de los ojos lo vi como el detalle perfecto para dar ese punto de mundanidad. Los pendientes y los rasgos de mujer más marcados en el rostro (pestañas, labios) también ayudaron a dar ese toque.
Me pidieron dos ilustraciones de ella; una de su rostro y la otra de cuerpo entero. Me encantó poder representarla de cuerpo entero ya que quise darle cierto movimiento. María Magdalena se mueve, lleva el mensaje, no se queda quieta. Por lo que supe que debía ilustrarla andando. En movimiento. Como debe ser nuestra vida evangélica. No nos debemos quedar quietos.
Como ella, llevemos el mensaje de Cristo por el desierto, donde no hay agua, llevémosla a los más sedientos. Con esperanza y alegría, ya que es la Verdad, que nos da Vida y verdadera libertad.
Poder ilustrar a María Magdalena y darla a conocer ha sido para mí verdaderamente una oportunidad para acercarme a tener una relación más especial con una de las mujeres más importantes de la historia de la humanidad. Me encanta ver cómo las verdaderas mujeres llenas de fuerza (al estar tan cerca de Dios) forman parte de la historia de la Iglesia. Tenerla como ejemplo de vida ahora es gracias a Magdala y su invitación a colaborar con ellos de esta manera.
