En 1889 los franciscanos de la Custodia de Tierra Santa adquirirían un terreno que al norte del poblado de el-Méjdel, donde se encontraba una antigua torre conocida como Birket Siti Mariam (la Alberca de la Señora María). El arquitecto alemán R. Lendle, que llevó a cabo la transacción a nombre de los franciscanos, cercó el recinto con un muro e hizo unos humildes sondeos arqueológicos. Lendle no publicó sus hallazgos, pero años después contaría que cerca de la torre/alberca vio los restos de una iglesia y una piedra grabada con una cruz y la fecha de 1389; también vio restos de mosaicos en varios lugares.
En 1935 el P. Bellarmino Bagatti fue con algunos otros franciscanos a visitar Magdala, y confirmó que, como había descrito Lendle, dentro de su propiedad había hermosos mosaicos bizantinos; de la iglesia no vio el menor indicio. Saliendo de su terreno, los franciscanos entraron al pueblo de el-Méjdel: “El mujtar (cacique) Mutlaq, con sus numerosos hijos y nietos nacidos de sus nueve mujeres hasta formar un pueblo entero, nos enseñó todas las ruinas visibles e invisibles, ya que esperaba venderlas a la Custodia de Tierra Santa”. Allí “estaban las ruinas que él quería vendernos y que decía que eran de una iglesia. Vimos dos arcos y un muro semicircular hacia el este”. Al final, los franciscanos se marcharon sin comprar más terrenos, pero por lo menos el P. Bagatti dejó por escrito un detallado bosquejo de cuanto vio. En 1967 todavía escribiría: “Se espera la labor del pico”.
El pico del arqueólogo no tardaría mucho en llegar. Pero antes, habría guerra.
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